"No me importa si es amarillo o violeta. Lo importante es terminar con el populismo", Rocío Figueroa.
En una nueva entrevista con PolíticAnalizada, dialogamos con Rocío Figueroa legisladora porteña electa por el PRO, que repasó su trayecto personal y político desde su infancia en Mataderos hasta su desembarco en la Legislatura. Con un tono directo, descontracturado y auténtico, abordó desde su formación en el Instituto Nacional de Juventud hasta su visión sobre el futuro del PRO, la comunicación política y el impacto de la inteligencia artificial.
"Me encanta el barrio porque tiene cosas que no tienen Recoleta ni Palermo"
Figueroa defiende su elección de seguir viviendo en Mataderos, incluso cuando la distancia le supone 40 minutos a cualquier punto de la ciudad. Valora el "no anonimato" y el espíritu de comunidad del barrio. Sin embargo, reconoce la deuda en infraestructura y conectividad que arrastra el sur porteño. "Tuve que comprarme un auto de chica para poder moverme. Es difícil ir a la facultad o volver de noche desde zonas poco transitadas". Por eso, uno de los temas que más le interesa trabajar en la Legislatura es mejorar la integración norte-sur de la ciudad.
Militar el metro cuadrado propio
Su vocación por la política no fue heredada: "En mi casa no se hablaba de política. Yo jugaba a que era presidenta y resolvía el conflicto del campo haciendo trueque de gallinas". Estudió Gobierno y Relaciones Internacionales, y comenzó a militar en 2016. Al año siguiente ingresó al Instituto Nacional de Juventud, donde comenzó armando expedientes y terminó con un rol político de articulación territorial.
"Me decían: gracias por no pedirme nada a cambio. Recién al final entendí el peso de esa frase. Hay mucha gente acostumbrada a que la política llegue con condiciones", reflexiona.
Gestón vs. relato
Sobre el debate comunicacional dentro del PRO, Rocío Figueroa plantea una crítica constructiva: "Nuestro relato es la gestión. No prometemos revoluciones, resolvemos problemas. Pero quizás deberíamos encontrar formas más eficaces de contarlo". Señala que mientras La Libertad Avanza sintetiza su mensaje en una motosierra, "nosotros sacamos un comunicado que no lee nadie".
"La gente no vota colores, vota personas. Valora la honestidad y la coherencia. Y en este clima de época, necesitamos comunicar con claridad, sin solemnidad, sin miedo a los nuevos formatos", agrega.
Sobre la interna del PRO y el ego político
"No somos un partido verticalista. Eso tiene un lado negativo, pero también uno muy positivo: si laburás, crecés", afirma. Pone como ejemplo su propio ascenso, sin apellido con peso político ni padrinazgos.
También criticó duramente la interna que vivió su partido entre Larreta y Bullrich: "Volvió la pelota a la derecha y la dejamos pasar peleándonos entre nosotros. Había un para qué muy claro: terminar con el populismo. Pero el ego les ganó".
Inteligencia artificial, elecciones y clima de época
Frente al avance de la inteligencia artificial en las campañas, Rocío Figueroa sostiene una postura liberal: "No hay que regular, hay que educar. No me asusta la IA, me parece una gran incorporación. La uso hasta para organizar mi vida personal". Sobre los videofakes que sufrió su partido horas previas a las elecciones legislativas donde Macri daba de baja la candidatura de Lospennato y pedía apoyar a Manuel Adorni, considera que el error del PRO fue reaccionar con denuncias cuando la estrategia adecuada podría haber sido el humor y minimizar el tema.
Un mensaje a su generación
"Mi generación quiere orden, estabilidad, proyectar. Está volviendo a pensar en el crédito hipotecario, en comprarse una casa, en viajar. Y eso requiere responsabilidad política. A veces, si otro hace lo que vos creés correcto, hay que acompañarlo, no ponerle palos en la rueda".
"Mauricio fue mi referente, pero la política sigue. No se puede vivir en la melancolía eterna. Hay que tener claro el para qué y trabajar en consecuencia."
Con una mirada pragmática, generacional y empapada de experiencia territorial, Rocío Figueroa representa una voz joven dentro del PRO que busca renovar no solo las formas de hacer política, sino también de comunicarla.