Damián Arabia: “Los partidos políticos son una herramienta vieja, anacrónica y sin sentido”
El diputado nacional y vicepresidente del PRO dialogó con PolíticAnalizada sobre su libro “No me rompan las pelotas”, la crisis de representación, el futuro de la política y la hiperindividualización de la sociedad. Arabia defendió la vigencia del liberalismo frente a un sistema institucional que, según él, quedó anclado en el pasado.
El Congreso como una herramienta obsoleta
La entrevista comenzó con una confesión personal que rápidamente se transformó en diagnóstico político. “Los días grises me tiran para abajo, necesito mucho el sol”, dijo Arabia, para luego trazar un paralelismo con el funcionamiento del Congreso. “Ahí adentro se te ralentizan los tiempos, es un lugar que te chupa la energía”. Para el legislador, la falta de dinamismo del Parlamento refleja un problema estructural: la política sigue funcionando con reglas de hace más de dos siglos en un mundo donde todo cambia a gran velocidad. “El Congreso es una tecnología vieja y obsoleta. Si no lo aceptamos, vamos a seguir quedando pedaleando en el aire”, sentenció.
El origen de No me rompan las pelotas
Arabia explicó que su libro nació en plena pandemia, en un contexto de encierro que lo llevó a reflexionar sobre el impacto de las restricciones en la juventud. “Los pibes de 16, 17, 18 estaban viviendo sus primeros años de adultez: viaje de egresados, primer año de facultad, primer trabajo, primer noviazgo. Y de golpe todo eso quedó cancelado”, recordó. Según el legislador, esa generación vivió un shock que definió sus primeras experiencias de vida adulta y que generó una consigna clara: “Lo único que pedían era algo muy simple: que no les rompan las pelotas”.
Una generación sin referentes
Para Arabia, uno de los rasgos centrales de esta época es la ausencia de liderazgos claros. “No es que no sabemos a quién consultarle: no hay a quién consultarle”, afirmó. Mientras generaciones anteriores encontraban respuestas en la familia, la escuela, el club o la religión, hoy los jóvenes recurren a la tecnología o a sus propios recursos. “Antes el conocimiento era unilateral, hoy es multidireccional. Esta es una generación que tuvo que aprender a ser autodidacta, y en eso radica su fortaleza”, analizó.
Del “chicken o pasta” al Rappi de la política
Con una metáfora gastronómica, Arabia explicó cómo cambió la relación entre oferta y demanda en la política. “El mundo del ‘chicken o pasta’ se terminó. Hoy no aceptamos la oferta limitada, queremos opciones personalizadas. Y si la política no te las da, alguien más lo va a hacer”. En ese sentido, sostuvo que la irrupción de Javier Milei no fue un accidente sino una respuesta a una demanda insatisfecha: “Milei apareció porque fue Rappi en la política. La gente encontró en ��l la opción que los partidos tradicionales no estaban dando”.
“Los partidos son una herramienta anacrónica”
Arabia fue tajante al hablar de la crisis de representación. “Soy vicepresidente del PRO, pero a nadie le importa. Ni siquiera a mí”, reconoció. A su juicio, los partidos dejaron de ser vehículos de representación real y se convirtieron en estructuras burocráticas: “Son herramientas anacrónicas, pesadas, legalistas. Hoy pesan más las ideas y las causas que los sellos partidarios”. El diputado insistió en que la sociedad ya no se organiza por identidades colectivas estables, sino por intereses y causas puntuales que movilizan de manera mucho más transversal.
El Uber que aún no llega al Congreso
El dirigente profundizó su diagnóstico con una comparación disruptiva. “A los taxis les llegó Uber, a los bodegones les llegó Rappi, al periodismo el streaming. Al Congreso todavía no le llegó su Uber, pero le va a llegar”, afirmó. Para Arabia, la política tradicional todavía no atravesó la ola de innovación que transformó a otros sectores, y esa demora explica la distancia creciente entre representantes y representados. “La gente se cansó de instituciones pesadas, lentas e ineficaces. Y cuando aparezca una alternativa más ágil, todo el sistema va a quedar viejo de un día para el otro”, advirtió.
Liberalismo e hiperindividualismo
En el tramo final de la entrevista, Arabia defendió la conexión entre el auge del liberalismo y la hiperindividualización de la sociedad contemporánea. “La gente quiere armar su hamburguesa como quiera. El rol del Estado es garantizar que nadie te diga cómo vivir tu vida”, resumió. Según él, esta lógica “le viene como anillo al dedo al liberalismo”, porque pone al individuo en el centro de la escena política y social. “Mientras no invadas al otro, nadie debería invadirte a vos. Ese es el nuevo pacto democrático que tenemos que construir”, concluyó.