En diálogo con PolíticAnalizada, hablamos con el consultor político Daniel Ivoskus sobre el presente electoral del país. Para comenzar el diálogo, primeramente destacó la importancia de mantener la serenidad en plena campaña. “No porque estés más preocupado o más tenso las cosas te van a salir mejor. Lo central es tener equipo, planificación y la capacidad de comprender qué le pasa a la sociedad”., afirmó.

Desdoblamiento bonaerense

Uno de los ejes centrales fue la decisión de Axel Kicillof de desdoblar los comicios en la Provincia de Buenos Aires. Ivoskus evitó caer en simplificaciones de “acierto” o “error”, pero marcó diferencias con otras experiencias: “En la Ciudad de Buenos Aires adelantar la elección resultó un fracaso. En Buenos Aires, el movimiento fue más pensado, articulado y estratégico”. La apuesta, advirtió, no se define en los discursos, sino en los resultados. Si el oficialismo bonaerense logra consolidar territorios y bancas, la jugada quedará validada.

El peso de lo municipal

Ivoskus remarcó que la elección bonaerense no puede leerse como un único proceso: “No son ocho elecciones, son 135, porque la definición real está en cada municipio. Esta vez pesan más las candidaturas locales, la organización territorial y la movilización que cualquier lema nacional”.

Corrupción y prioridades del votante

La relación del electorado con la corrupción fue otro de los puntos de análisis. Para Ivoskus, se trata de un tema que se activa o se desplaza según el momento. “Si la economía, la seguridad o la salud están en crisis, esos problemas se imponen sobre la corrupción. Pero si la situación cotidiana está estabilizada, la corrupción vuelve a aparecer como un factor central”. El consultor recordó que entre 2015 y 2019 esa variable perdió peso frente a la inflación, lo que abrió la puerta al retorno del peronismo al poder. En otras palabras, la corrupción es una bandera de ocasión: sirve cuando conecta con el malestar real de la sociedad.

Milei y el dilema económico

El presente de Javier Milei también ocupó parte de la entrevista. Para Ivoskus, la capacidad de supervivencia política del presidente se juega en un único frente: la economía. “Su continuidad o su caída dependerán exclusivamente de que la economía funcione. Todo lo demás es accesorio”. En este punto, el consultor cuestionó cierta pérdida de iniciativa en la agenda presidencial durante los últimos meses, pero insistió en que ninguna otra variable —ni la falta de gobernadores propios, ni la debilidad parlamentaria— pesa tanto como la percepción del bolsillo.

Cambio de tono presidencial

Respecto al giro discursivo del presidente al anunciar que dejaría de insultar, Ivoskus sostuvo que no fue un capricho personal sino una lectura social: “El que dijo basta fue el electorado. Un líder que no sabe interpretar esas señales se equivoca”.

El fin del “kirchnerismo nunca más”

Sobre el uso de consignas como “kirchnerismo nunca más”, Ivoskus fue contundente: “Ese voto ya lo tiene asegurado el Gobierno. El votante anti-K no tiene otra opción. Lo estratégico sería ampliar la base hacia sectores hoy dispersos, no reforzar un núcleo que ya está consolidado”. En su análisis, insistir en una consigna nacionalizada puede ser funcional a la épica, pero carece de eficacia práctica en un escenario donde lo que se disputa es gestión municipal y representación legislativa.

Estructura y microinfluencers

Para el consultor, la discusión sobre si pesan más las estructuras políticas o los microinfluencers es falsa: “No es uno u otro. La estrategia ganadora es por triple vía: territorio, medios tradicionales y digital, en simultáneo y con saturación”.

Jóvenes y política

El panorama juvenil fue descrito como preocupante. Ivoskus habló de una desafección generalizada hacia la política, con excepciones minoritarias de militancia intensa, como lo fueron La Cámpora en el kirchnerismo o los libertarios en torno a Milei. “El problema es que ese desinterés puede derivar en cuestionamientos más graves al sistema democrático. Si la democracia no logra resolver problemas básicos como empleo, educación o seguridad, crece la idea de que no alcanza”. Para el consultor, este desencanto no es exclusivo de la Argentina, sino parte de una tendencia global.

Inteligencia artificial y regulación

Finalmente, la conversación abordó el impacto de la inteligencia artificial en campañas electorales. Ivoskus aseguró que en sus equipos ya existe la figura de un director de IA, encargado de producir contenidos y agilizar procesos. “Es una herramienta que simplifica y acelera, pero que necesita regulación. No se trata de censurar, sino de poner reglas claras para evitar abusos que puedan desestabilizar una campaña o un sistema democrático”. Según su visión, la IA es hoy el “chiche nuevo” de la política, pero solo es útil si se integra a una estrategia mayor donde conviven investigación, creatividad, big data, medios y territorio.

“En Buenos Aires no son 8 elecciones, son 135” Daniel Ivoskus: