Dr. Coach, Mr. Consultant 
Humor Político

Coach (C): Buen día, Patricia. ¿Qué querés trabajar hoy?

Bullrich (P): Quiero algo concreto. Quiero ser la mujer política más poderosa de la Argentina. Más que Evita, más que Cristina. Que me amen. Pero no desde la mentira, como a ella. Desde la verdad. Desde el orden. Desde la firmeza.

C: ¿Y por qué eso es importante para vos?

P: Porque el pueblo necesita una referencia femenina fuerte. Y Cristina ya fue. Ya está. Presa. Condenada. Lo dije y lo sostengo: "El que las hace, las paga". Hubo justicia. Yo soy la que marca el nuevo rumbo. El coraje. La verdad. Sin blindajes.

C: ¿Qué sentís hoy al pensar en eso?

P: Alegría. Una alegría absoluta. Y responsabilidad. Porque de mí depende el lugar donde quede Cristina. Y ya tengo nombre para esa cárcel: Unidad Penal Doctora Cristina Fernández de Kirchner.

C: Cuando decís que querés ser la mujer más poderosa, ¿qué significa eso para vos, más allá del poder?

P: Significa ser la referencia. La que marca el rumbo. Que mi nombre quede en la historia. Pero no como una títere. Yo quiero que me escuchen. Que me sigan. Que no me vean como la ministra de la represión, sino como la refundadora del orden.

C: ¿Qué te impide hoy lograr eso?

P: Karina. Karina Milei. El "Jefe". Ella no dice nada, no da entrevistas, no tiene estructura... pero está en todo. En todos. Y ese silencio construye poder. Me preocupa que crezca. Que se adueñe del espacio. Que se quede con el lugar que podría haber sido mío. Todavía le falta práctica política, pero está rodeada por los Menem. Nadie la contradice. Nadie la cuestiona. Y yo... yo todavía estoy dudando si ir por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad en 2027. Sería solo para sacarle el poder definitivo a Mauricio, que me arruinó la candidatura presidencial. No se lo perdono. Pero me metieron a Adorni también ahí. No lo digo en público, pero no se lo perdono. Y además, Karina me obligó a afiliarme a La Libertad Avanza. Me vetó la candidatura de Milman como diputado. ¡Yo que quería darle fueros por el tema del teléfono y el supuesto atentado a Cristina! Es absolutamente inadmisible que una funcionaria sin trayectoria política decida eso. Aunque sea Secretaria General, no puede manejarme como si fuera un peón.

C: ¿Y qué hay de vos en todo esto?

P: Yo asumo lo que hice. Estuve en la Juventud Peronista. Fui Montonera. Pero soy una de las pocas argentinas que hizo una autocrítica. La violencia no sirve. Por eso cambié. Porque quiero que Argentina cambie. Y me la juego. Yo no me escondo.

C: ¿A qué le tenés miedo?

P: A nada. Aunque te voy a decir algo, entre nos: tengo miedo a no ser reconocida. A quedarme a mitad de camino. A que digan que soy solo “la que puso orden”. Que me digan camaleón. Que siempre me acomodo al poder de turno. Pero quiero ser más que eso. Quiero que me vean.

C: ¿Qué vas a hacer esta semana para avanzar en eso?

P: Varias cosas. Primero, voy a profundizar mi presencia en el interior. Cristina tenía su bastión en La Matanza. Yo voy a caminar cada barrio. Cada pueblo. No me para nadie. A mí me da la nafta y la imagen para crecer en todos lados. Mi único freno es Santiago Caputo que sabe que yo mido y puedo crecer. Segundo, voy a proponer una reforma estructural de las fuerzas de seguridad. Que me vean gobernando. Que vean liderazgo. Que me vean como presidenta, aunque no tenga el cargo.

C: ¿Y todo eso lo pensaste vos?

P: Lo conversé con mi equipo. Pero la decisión es mía. Absolutamente mía. No soy títere de nadie.

C: Hablaste de la historia ¿Qué te gustaría que digan de vos en la historia?

P: Que fui la mujer que refundó la Argentina. Que terminó con la impunidad. Que no tuvo miedo. Que, al final, la amaron más que a Cristina.

C: ¿Algo más que quieras decir antes de cerrar?

P: Sí. No puede ser que si no decís que fueron 30.000 desaparecidos seas traidor a la Patria. Basta del relato. Vamos a armar un sistema centrado en el ser humano. Pero con memoria, verdad y justicia. La verdadera. Y basta de ensuciarme con campañas. Me acusan de armar shows, de inventar terroristas que eran peluqueros o profesores de ping-pong. De inaugurar cárceles vacías. De inventar cocaína que era talco. ¡Por favor! Todo eso lo hacen para deslegitimar mi liderazgo. Pero yo sigo. Porque sé quién soy.

C: Entonces, Patricia, parafraseando lo que decís “tu meta es transformar el poder que ya tenés en legado. Pasar de ser la ministra dura a la mujer que dejó huella. Sin relato. Con acción” ¿es así?

P: Absolutamente. Y te digo más: los que no estén listos para este país nuevo, que se corran. Porque yo ya empecé.