Tomás Mujía: “El Estado no tiene que proveer bienes públicos, tiene que garantizarlos”
Tomás Mujía tiene 27 años, es politólogo, docente y fundador del think tank Idear. Encabeza la lista de concejales por el espacio Potencia en un distrito que —según advierte— combina un presupuesto millonario con una creciente desigualdad urbana. Desde una mirada técnica, propone transformar la política municipal con planificación, control del gasto y gestión eficiente. En diálogo con PolíticAnalizada, critica tanto al oficialismo de Julio Zamora como a la “falsa oposición”, y plantea una agenda centrada en transparencia, inclusión y sostenibilidad.
Un municipio rico con una gestión pobre
Para Mujía, el problema de fondo en Tigre no es la falta de recursos, sino su uso ineficiente. Señala que el presupuesto municipal es de los más altos de la provincia de Buenos Aires, pero no se traduce en mejor calidad de vida para sus habitantes.“Tigre tiene un presupuesto de 412 mil millones de pesos para 460 mil personas. Y sin embargo está noveno en calidad de vida en la provincia. Todo lo que está arriba tiene menos plata que Tigre.”
Y agrega: “Eso se explica por un municipio que no hace un uso eficiente del gasto público y una oposición que no controla lo que hace el Ejecutivo.”
Una ciudad partida en dos
Desde Idear Tigre, Mujía viene estudiando la urbanización del municipio. Plantea que la desigualdad estructural se expresa en un modelo de crecimiento sin planificación urbana ni integración territorial. “Tigre es un municipio donde el 90% del suelo está dividido entre barrios cerrados y barrios populares. Son dos caras de una misma moneda: uno con todos los recursos y otro sin ninguno. Pero lo que tienen en común es la falta de planificación urbana.”
“El barrio cerrado se eleva para no inundarse y el agua corre a los barrios populares que están al lado. Eso pasa todos los años en lugares como Las Tunas.” También denuncia la habilitación de megatorres en zonas sin infraestructura ni comercio: “Se aprueban torres de 50 pisos donde no hay ni un kiosco. Entonces tenés a miles de personas obligadas a moverse en auto, en un municipio donde el transporte público es malo y las conexiones viales son pocas. Todo eso genera una congestión brutal.”
Malnutrición infantil: el problema que no se ve
Otro eje que atraviesa la agenda de Potencia es la situación alimentaria en barrios populares. Con datos de la ONG CONIN, alerta sobre la falta de políticas concretas para combatir la malnutrición infantil en Tigre. Critica al municipio por no asumir el rol de generar estadísticas ni trabajar en serio sobre el tema: “No hay un Estado que contenga esa situación. Todo lo hace una ONG a pulmón. Y el municipio te dice ‘ya tenemos un programa, está cubierto’. Claramente no está cubierto.”
Entre sus propuestas, plantea implementar el programa “Primeros mil días” en alianza con actores de la sociedad civil y sin generar gasto extra.
Transparencia: pendrives con 10 mil imágenes y desdoblamiento de licitaciones
La falta de control y transparencia en el uso del dinero público es, según Mujía, uno de los principales déficits institucionales del municipio. Denuncia prácticas sistemáticas de opacidad presupuestaria y complicidad legislativa.
“Cuando pedís la rendición de cuentas, te mandan un pendrive con 10 mil imágenes. Literal. Fotos de hojas escaneadas. No se pueden analizar. Hicimos una ordenanza para que los concejales tengan acceso al RAFAM, que es el sistema de compras y contrataciones. Se aprobó. Pero el Ejecutivo nunca la implementó.”
También detectaron desdoblamiento de licitaciones para evadir controles: “En vez de licitar una obra de 300 millones, hacen diez licitaciones chicas por el mismo objeto. Así evitan controles y el gasto pasa igual.”
¿Y la oposición?
Una parte central de su diagnóstico apunta a la oposición local, a la que acusa de haber sido funcional al oficialismo durante años:
“Muchas de las torres que los vecinos critican hoy se aprobaron con excepciones urbanísticas votadas por esa oposición. Tenían mayoría en el Concejo Deliberante y votaban todo. Es una oposición que no controla, no audita, y que fue parte del problema.”
Estado garante, no omnipresente
En línea con una mirada liberal institucionalista, Mujía defiende un Estado que garantice derechos, pero con eficiencia y profesionalismo. Rechaza tanto la idea de un Estado omnipresente como su eliminación total.
“No se trata de que el Estado provea todo, sino de que garantice los bienes públicos cuando el mercado no puede. Un Estado fuerte no es uno grande, sino uno que controla y planifica con transparencia. Milei tuvo razón en el diagnóstico sobre cómo se robaron el Estado. El problema es que su solución es dinamitarlo. Nosotros creemos que hay que profesionalizarlo.”
¿Qué propone Potencia?
Desde Potencia, el espacio que integra junto a María Eugenia Talerico y Ricardo López Murphy, Mujía busca consolidar una tercera fuerza local con foco en tres prioridades legislativas:
- Control real del gasto público: “No alcanza con eliminar tasas si después no controlás el gasto. Porque si no, es puro marketing.”
- Reforma urbanística seria: “Queremos discutir en serio un nuevo código de ordenamiento urbano, no uno que se apruebe para la foto.”
- Políticas sociales con impacto real: “Con lo que ya hay en el municipio, se puede implementar un plan de primera infancia serio y sin aumentar el gasto.”
“No somos ni anti-barrios cerrados ni anti-barrios populares: queremos integración”
Lejos de la lógica de confrontación entre sectores, Mujía insiste en pensar políticas de integración sociourbana: “Una persona que vive en un barrio cerrado no va a la plaza de Tigre, no usa los servicios. Y a la vez una persona de un barrio popular nunca se cruza con ese vecino. Esa desconexión rompe el capital social.”
“Un municipio tiene que generar espacio público para que la sociedad se encuentre. Esa es la base de una democracia que funcione.”