El campo anticipa una liquidación histórica y julio podría ser el mejor mes desde 2022
Tras la subida de retenciones, el agro liquidará más de USD 4.500 millones en julio. ¿Cómo responderá el gobierno?
El mes de julio comenzó con un fenómeno inusual en el mercado cambiario: una lluvia de divisas que promete convertirse en uno de los ingresos de dólares más grandes de los últimos tiempos. Esto se debe al regreso de las retenciones plenas al complejo sojero y la estrategia de los exportadores para anticiparse a ese cambio fiscal. Según proyecciones privadas, sólo en las primeras tres semanas del mes podrían liquidarse unos US$ 4.500 millones, una cifra comparable con el “dólar soja” de septiembre de 2022.
Esta vez, sin embargo, no hubo un incentivo oficial como aquel esquema especial. Lo que hubo fue un adelantamiento masivo de exportaciones en junio para evitar el impacto de la suba de retenciones decretada por el Gobierno a partir del 1° de julio: la soja saltó del 26 % al 33 %, el maíz del 9,5 % al 12 %, mientras que el trigo y la cebada mantuvieron sus tasas reducidas.
Impulsadas por ese cambio, las empresas agroexportadoras declararon en junio volúmenes récord: más de 23 millones de toneladas en DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior), según datos oficiales. Esa maniobra dejó en el sistema comercial una cantidad significativa de divisas pendientes de liquidación, que se materializarán en julio.
En ese sentido, la consultora 1816 estima que entre las primeras tres semanas del mes se podrían liquidar US$ 4.500 millones, unos US$ 1.500 millones por semana. Si se cumplen esos pronósticos, julio podría superar a junio —que ya dejó US$ 3.706 millones liquidados— y posicionarse como uno de los mejores meses del siglo en ingreso de dólares del agro, sólo detrás de aquel septiembre de 2022.
¿Que hará Caputo?
Frente a este panorama, el ministro de Economía, Luis Caputo, tiene dos caminos:
- En primer lugar, puede dejar que el tipo de cambio oficial baje naturalmente por la oferta masiva de divisas, lo que colaboraría con el proceso desinflacionario.
- La otra opción es utilizar al Tesoro como comprador de dólares en el mercado, sin afectar la política monetaria del BCRA, para reforzar reservas y blindar al país de futuras turbulencias.
¿Un alivio duradero?
Aunque la llegada de estos fondos representa un alivio para el gobierno, también hay señales de alerta. Varios economistas advierten que este ingreso de dólares no implica una mejora estructural, sino un adelanto de operaciones. Esto podría generar un “bache” en los meses siguientes, especialmente entre agosto y octubre, cuando además confluyen dos factores de presión: menor liquidación estacional y mayor demanda por turismo y pagos de deuda.
En ese sentido, el 9 de julio vence un pago de bonos por US$ 4.300 millones, lo que podría tensionar el mercado si los fondos no se renuevan.