En un contexto de ajuste económico y fuerte recesión, la inflación en Argentina mostró una señal de alivio. Según el último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó apenas un 1,5 % en mayo, una cifra que representa el menor registro mensual desde 2020. El dato es interpretado como un síntoma de cierta estabilidad de precios, aunque persisten dudas sobre su sostenibilidad en el mediano plazo.

La cifra de mayo se considera la más baja desde el comienzo de la gestión de Javier Milei en diciembre de 2023, y la más contenida en más de cinco años. El Gobierno y el Ministerio de Economía lo destacan como un éxito de las políticas implementadas para estabilizar precios, incluyendo ajustes fiscales, control de la emisión monetaria y liberalización cambiaria.

De cara a los próximos meses, las expectativas se mantienen cautelosamente optimistas. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central proyecta que la inflación podría cerrar 2025 entre el 28 % y el 31 %, cifras significativamente más bajas que las del año anterior. Sin embargo, analistas advierten que sostener la desaceleración requerirá continuar con una política fiscal austera, evitar sobresaltos cambiarios y contener los aumentos en precios regulados. Además, la posibilidad de rebrotes inflacionarios sigue latente ante cualquier relajación del ancla monetaria o repunte del consumo.

La inflación de mayo, al 1,5 %, representa una señal alentadora después de meses de tasas elevadas. Si bien el resultado es notable —el más bajo en cinco años—, especialistas alertan que el desinflamiento aún no es sostenido y depende de mantener la disciplina fiscal, monetaria y un ancla cambiaria estable.