Proyección de inflación en Argentina: tendencia a la baja para abril y mayo de 2025
La proyección de inflación para abril y mayo de 2025 en Argentina muestra una tendencia a la baja, aunque persisten desafíos estructurales que podrían afectar la estabilidad económica
- La proyección de inflación para abril y mayo de 2025 en Argentina muestra una tendencia a la baja, con un 2,2% en abril y 2% en mayo.
- Se espera una inflación acumulada de 27,5% para el cierre de 2025, indicando un proceso de desinflación moderada.
- El cambio en la política económica, con mayor disciplina fiscal y una política monetaria más restrictiva, ha contribuido a estabilizar las expectativas del mercado.
- La liberalización del mercado cambiario no ha generado una espiral inflacionaria, lo que ha fortalecido la confianza de los inversores.
- Se ha mejorado la coordinación de expectativas entre el sector público y privado, ayudando a anclar los precios.
- Persisten desafíos estructurales, como el ajuste tarifario en servicios públicos y altas tasas de interés que limitan el acceso al crédito.
- La inflación se espera que continúe descendiendo, con proyecciones de 1,8% en junio, 1,7% en julio y 1,6% en agosto de 2025.
- La sostenibilidad de la trayectoria inflacionaria dependerá de la capacidad del Gobierno para mantener la estabilidad cambiaria y controlar el gasto público.
Según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, se espera que la inflación mensual se ubique en 2,2% en abril y 2% en mayo. Estas cifras representan una desaceleración respecto a los picos de 2023 y 2024, cuando la inflación superó el 100% anual. Para el cierre de 2025, los analistas proyectan una inflación acumulada de 27,5%, lo que indica un proceso de desinflación moderada.
El fenómeno responde, en parte, a un cambio en el enfoque de la política económica: mayor disciplina fiscal, una política monetaria más restrictiva y una administración del tipo de cambio que busca evitar saltos bruscos han contribuido a estabilizar las expectativas del mercado. Además, la liberalización progresiva del mercado cambiario, que incluyó el levantamiento del cepo al dólar, no se tradujo en una espiral inflacionaria como algunos temían, lo que fortaleció la confianza de los inversores y redujo el pass-through (traslado) de la devaluación a los precios internos.
Los analistas también destacan una mejora en la coordinación de expectativas entre el sector público y el privado, lo que ayuda a "anclar" los precios en un entorno de menor incertidumbre. Si bien aún existen presiones inflacionarias en algunos rubros, como los servicios regulados y los alimentos, el comportamiento general del índice de precios al consumidor (IPC) refleja una desinflación sostenida. De mantenerse esta tendencia, 2025 podría cerrar con una inflación cercana al 27,5%, consolidando un proceso de normalización macroeconómica tras varios años de desequilibrios.
Desafíos persistentes
A pesar de la desaceleración inflacionaria observada en los últimos meses, persisten varios desafíos estructurales que podrían dificultar la consolidación de la estabilidad económica. Uno de los principales factores es el ajuste tarifario en los servicios públicos, que ha generado incrementos en los costos de electricidad, gas, agua y transporte. Este proceso de “sinceramiento” tarifario, aunque necesario para corregir distorsiones, impacta directamente en el componente de servicios del índice de precios al consumidor, presionando al alza algunos rubros.
A su vez, las tasas de interés elevadas, utilizadas para contener la emisión monetaria y controlar la inflación, han encarecido el acceso al crédito tanto para empresas como para familias, lo que limita el consumo y puede frenar la inversión productiva. A esto se suma un contexto de incertidumbre política y económica, marcado por la proximidad de elecciones y por tensiones externas que podrían afectar la estabilidad cambiaria y financiera. En este escenario, la confianza de los mercados y la percepción de los agentes económicos seguirán siendo claves para sostener el proceso de desinflación en el mediano plazo.
La inflación que se espera a lo largo del 2025
Se espera que la inflación continúe su tendencia descendente en los próximos meses, con proyecciones de 1,8% en junio, 1,7% en julio y 1,6% en agosto. Sin embargo, la sostenibilidad de esta trayectoria dependerá de la capacidad del Gobierno para mantener la estabilidad cambiaria, controlar el gasto público y fortalecer las reservas internacionales.
Aunque la proyección de inflación para abril y mayo de 2025 muestra una desaceleración, persisten desafíos estructurales que podrían afectar la estabilidad económica. Será crucial monitorear la evolución de estos factores para evaluar la sostenibilidad de la trayectoria inflacionaria en el resto del año.