División en la CGT: Reacciones tras la condena a Cristina Fernández de Kirchner
Tras la ratificación de la condena por corrupción contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el escenario sindical atraviesa una abrupta división: si bien la CGT acordó un comunicado institucional en repudio al fallo, una porción del sindicalismo alineado con el kirchnerismo exigió la realización de un paro nacional con movilización.
La resolución judicial que afecta a Cristina Fernández de Kirchner no solo impactó en el plano político, sino que reavivó tensiones latentes dentro de la Confederación General del Trabajo (CGT). En un momento en que la central obrera buscaba mostrarse unificada y con peso institucional, el conflicto interno quedó expuesto entre quienes apuestan a una respuesta moderada y quienes reclaman una acción gremial enérgica en defensa del liderazgo de Cristina Kirchner.
La CGT emitió un pronunciamiento en conjunto que denuncia un proceso judicial que atenta contra la democracia y advierte sobre riesgos institucionales. El texto consideró que la destitución de la exmandataria implica un intento de “proscripción política”, abriendo un fuerte respaldo político hacia Cristina Kirchner. A pesar de esto, la conducción decidió no convocar a un paro general, al menos momentáneamente, optando por lo que definieron como una estrategia de rechazo sin medidas de acción directa.
¿Cómo reacciona cada sindicato a la condena de Cristina?
Entre los sectores que reclaman mayor contundencia se destacan varias figuras clave del sindicalismo. Omar Maturano, dirigente de La Fraternidad, y Sergio Palazzo, titular de la Asociación Bancaria, coincidieron en pedir un paro con una gran movilización en las calles. Pablo Moyano, por su parte, insistió en la necesidad de unidad gremial y política para respaldar a Cristina Kirchner, aunque sin detallar medidas concretas. En contraposición, figuras como Héctor Daer, uno de los actuales secretarios generales de la CGT, y Abel Furlán, de la UOM, no acompañaron propuestas específicas de acción. Rodolfo Aguiar, referente de ATE, también se sumó al llamado a parar y movilizarse, reflejando la presión que gana terreno dentro de los gremios más combativos.
La interna también se ve alimentada por la próxima renovación en la conducción de la central. Recientemente, Héctor Daer anunció su salida de la secretaría general de la CGT, lo que abre la puerta a una disputa entre la continuidad de la conducción colegiada (como la que podría encarnar Palazzo) o el regreso a un modelo de un solo secretario general. A la interna sindical se suman voces que reclaman autoritarismo y renovación, lo que puede tensar aún más la discusión.
Es preciso afirmar que el movimiento obrero atraviesa una fractura profunda: la conducción actual rechaza el fallo judicial, pero evita confrontar al Gobierno con medidas activas, mientras que un sector importante (con figuras como Palazzo y Moyano) impulsa acciones contundentes y anticipa una recomposición gremial que podría recortar el espacio de la actual dirigencia. La renovación de la CGT será clave para definir hacia dónde se inclinará el sindicalismo frente a la condena de Cristina Kirchner.