El abogado fue propuesto por el presidente Javier Milei para ocupar el cargo de juez en la Corte Suprema y asumió el pasado 27 de marzo. Hoy presentó la renuncia a su cargo. Solo estuvo en su cargo 40 días, tiempo necesario para que se cree un clima de alta tensión política y jurídica. El viernes pasado, el Senado rechazó en amplia mayoría su pliego, sumado a la medida cautelar de un juez que lo imposibilitó de firmar resoluciones. Ahora, la Corte vuelve a tener solo 3 jueces: Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz.

La breve y polémica trayectoria de García-Mancilla comenzó el 25 de febrero cuando Javier Milei firmó el decreto 137/25 que lo nombraba en el cargo. Allí también se incluyó el nombre de Ariel Lijo, quien nunca asumió el cargo por negarse a renunciar a su trabajo actual. 

García-Mancilla renunció como juez de la Corte Suprema luego de 40 días en el cargo

La negativa del Senado

El pasado viernes 4 de abril, la Cámara Alta votó en contra de su pliego que lo designa como juez de la Corte Suprema. Esto intensificó las presiones para que García-Mancilla renuncie al cargo que ocupaba. Poco después de la votación, el juez platense Alejo Ramos Padilla firmó una medida cautelar que ordenaba que el juez García-Mancilla no firme declaraciones o resoluciones por 90 días. Fundamentó su decisión en el artículo 99, inciso 19, de la Constitución Nacional, donde se establece que un juez designado en comisión no puede ejercer funciones jurisdiccionales sin el acuerdo del Senado.

Los efectos políticos y jurídicos

Esta renuncia generó grandes debates sobre la implicancia de la política por sobre la justicia. Según algunas partes, el rechazo del Senado no inhabilita inmediatamente al juez de la posibilidad de ejercer ni exige la destitución del cargo dispuesto. Legalmente hablando, podría haber ocupado su cargo hasta el último día de noviembre, como estaba estipulado. Sin embargo, la medida cautelar de Ramos Padilla abrió la posibilidad de una judicialización en el nombramiento de los cargos. 

Ahora la Corte Suprema volverá a funcionar con 3 miembros, como venía haciéndolo antes del decreto 137/25. “La Corte es una institución que va más allá de las personas que la integramos. Estamos funcionando correctamente, se dictan sentencias, vamos a seguir haciéndolo más allá de todas las opiniones”, se expresó Lorenzetti, uno de los miembros de la Corte. Además de dejar la Corte Suprema con cargos vacantes, esta renuncia genera interrogantes sobre el rol del Senado en el nombramiento de jueces.