Interna PRO bonaerense: crece la tensión entre los intendentes de San Isidro y Vicente Lopez
«Tenemos poco diálogo con San Isidro», remarca con certeza uno de los funcionarios de primera línea del gobierno que encabeza Soledad Martinez, en Vicente Lopez, ante la consulta de este medio. Si bien no quiere dramatizar su planteo muestra que hay diferencias. Por sobre la falta de conversaciones y gestión conjunta, en las últimas horas trascendió un foco de conflicto que eleva la escalada de tensión entre ambas partes.
La intendente del municipio lindero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no dudo al referirse a la situación de inseguridad que atraviesa el municipio y alertó que «en Vicente López la mayoría de los delitos son de delincuentes que vienen de fuera del partido. En este caso venían de San Isidro a robar y después se volvían», a la vez que aclaró que «nuestro sistema integral de seguridad volvió a mostrar que funciona y está a disposición de los vecinos». Las declaraciones se dieron en el marco de la detención de una banda que venía robando en las últimas semanas.
Sin embargo, lo que parecía una simple explicación de la eficacia de la seguridad no lo fue. En Vicente López ven con asombro cómo comenzó la gestión Ramón Lanús en San Isidro. Les llama la atención la poca consulta o el apoyo que podrían haber encontrado en su municipio vecino y no dudan en manifestar que se debe a «celos hacia Soledad». Incluso ex funcionarios de San Isidro recayeron en la gestión de Martínez, lo que no gustó en el municipio sanisidrense.
Como si esto fuera poco, Lanús quedó desplazado de la conformación del PRO en términos generales -bajo la conducción de Mauricio Macri- mientras que Soledad fue central en ese desarrollo y alcanzó hacerse con la vicepresidencia del espacio a nivel nacional.
Si bien hay conversaciones «buena onda» entre funcionarios de cada gobierno, la última foto de ellos se dio en el marco de la asunción de Ramón el 10 de diciembre pasado cuando ella se acercó a la ceremonia de traspaso institucional. Desde ese momento, ambos equipos reconocen que «puede haber un conflicto de intereses» respecto al futuro político ya que ambos comparten la misma vigencia política. Por el momento se cortaron las fotos compartidas y las conversaciones en privado son en distinta sintonía que en público: allí parece escalar la interna partidaria, en un PRO que busca rearmarse en todo sentido.
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