La peor semana de Mauricio Macri: el PRO expone cada vez más su crisis

Septiembre se convirtió en el mes más complejo para Mauricio Macri. El ex presidente de la Nación había tenido un exitoso agosto con la formalización de su asunción en el PRO, con la trascendencia de varias cenas con el presidente Javier Milei y con la recorrida por provincias del interior con el «nuevo» partido amarillo que lo trasladó a Entre Ríos en la última semana del octavo mes del año.

Sin embargo, el noveno mes parece todo lo contrario y en la primera decena de días el ex presidente de Boca Juniors quedó totalmente desdibujado de la escena nacional y los más cercanos empiezan a ver con preocupación desde donde reubicarse.

El primer hecho que preocupó sobremanera fue la polarización clara que tuvieron Cristina Kirchner y Javier Milei via redes sociales por sus diferencias económicas. En tal sentido, desde el círculo cercano de Macri reconocen que esa polarización lo excluyó y pudo haberse interpretado como la polarización electoral del próximo año. Está claro que tanto a Kirchner como a Milei le sirve el otro y en ese camino, Macri no tiene lugar.

Sin embargo, no es todo lo malo que le tocó atravesar en este mes. En Santiago del Estero, por vía judicial se dispuso la caducidad de la personería jurídica del PRO por no completar el mínimo de afiliados. Esta tendencia es otro rasgo que preocupa ya que es díficil recomponer el lazo filiatorio que tuvo el partido amarrillo en el pasado y alguno han elegido otros caminos desde su surgimiento hace 20 años. Ante esto, la muestra de Santiago puede repetirse en otros lugares y poner en peligro la vigencia del último partido nacional.

Lo último que le tocó atravesar a Macri fue el desplante que sufrió un íntimo de él: Guillermo Dietrich fue convocado a trabajar en el gobierno nacional pero sin manejo de recursos. Lo que derivó en el rechazo del ex funcionario de Transporte y se tomó como una primera tónica de lo que serán los ofrecimientos por parte del espacio de Javier Milei. En ese sentido, cerca de Macri reconocen que el oficialismo dirá que le ofrecieron cargos y lugares para formar parte del gobierno pero que ellos lo rechazaron. En tiempos de casta, es díficil explicar que no se aceptó porque no se manejaban recursos, puesto que se evidencia la falta de vocación. Ante esto, en el macrismo piensan en «obligar» la aceptación de cargos por parte de su gente para no quedar desplazados del nuevo debate que se viene.

Sin lugar en los debate de la polarización, con pocos afiliados a nivel federal y en el laberinto que le propone el propio gobierno, Macri atraviesa horas decisivas. Rodeado por su círculo de confianza personal y un círculo político cada vez más desinflado el PRO atraviesa momentos de dificultad. Será fundamental esperar hasta fin de año para ver cómo se reconfigura el espacio político que supo ser el dueño del cambio y ahora va camino hacia la nada.