América Latina en el centro del catolicismo: El papel de León XIV
El nuevo Papa, León XIV, tiene nacionalidad peruana. Aunque nació en Chicago, Estados Unidos, en 1956, vive en América Latina desde hace más de 15 años. Su elección vuelve a poner en primer plano una pregunta clave: ¿qué tan influyente es hoy la región latinoamericana dentro del cristianismo?
- León XIV, de nacionalidad peruana, fue elegido Papa, destacando la influencia de América Latina en el catolicismo.
- América Latina concentra el 47,8% de los católicos del mundo, con países como Brasil y Argentina mostrando una gran cantidad de fieles.
- León XIV tiene una trayectoria significativa en la Iglesia, habiendo sido Obispo de Chiclayo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
- La región ha ganado protagonismo en las decisiones del Vaticano y enfrenta desafíos como la pobreza, migración y desigualdades sociales.
- Se plantea la duda sobre si León XIV se enfocará en los problemas de América Latina o buscará una influencia más global.
Robert Francis Prevost —ahora León XIV— fue enviado a Perú en 1985 por la Orden de San Agustín. Allí se convirtió en una figura destacada de la Iglesia: fue Obispo de Chiclayo y más tarde presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. Tras décadas de servicio, se nacionalizó peruano en 2015. En 2023, su trayectoria lo llevó de regreso al Vaticano, cuando el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, un cargo de altísimo peso en la curia romana, encargado de supervisar el nombramiento y el desempeño de los obispos a nivel mundial.
“El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado a ser humilde, a caminar con la gente, a sufrir con ellos”, dijo el nuevo Papa cuando era un Obispo en la curia romana.
No es casual que por segunda vez consecutiva el Papa tenga raíces latinoamericanas. La región es, actualmente, el epicentro del catolicismo mundial. América concentra el 47,8% de los católicos del planeta, y países como Brasil (con 182 millones de fieles) o Argentina, Colombia y Paraguay (donde más del 90% de la población fue bautizada) reflejan la magnitud de esa presencia.
Este crecimiento no es solo demográfico. América Latina ha ganado protagonismo en las decisiones internas del Vaticano, y también en su visión global: una región rica en recursos naturales, con relativa estabilidad bélica pero marcada por profundas desigualdades sociales y crisis económicas.
Con León XIV, América Latina no solo aporta fieles, sino liderazgo espiritual. Queda por ver si este nuevo pontificado centrará su atención en los desafíos de la región —como la pobreza, la migración, la violencia o el medioambiente— o si buscará proyectar su influencia hacia escenarios más amplios, como África, Asia o incluso Europa, donde el catolicismo enfrenta un declive constante.
¿Será un Papa volcado a la región que lo formó pastoralmente o un líder global con mirada universal? La historia del papado latinoamericano todavía está en construcción.