Javier Milei admitió la derrota y prometió “corregir errores”
El presidente Javier Milei reconoció anoche la derrota de La Libertad Avanza en las elecciones bonaerenses, en un discurso de seis minutos desde el búnker de La Plata. “Hemos tenido una clara derrota y hay que aceptarlo. Vamos a corregir todo aquello en lo que nos hayamos equivocado”, afirmó el jefe de Estado en un tono autocrítico.
Milei estuvo acompañado por parte de su gabinete: Patricia Bullrich, Mario Lugones, Luis Petri, Federico Sturzenegger, Mariano Cúneo Libarona y el vocero Manuel Adorni, con quienes se abrazó en señal de apoyo. En contraste, el saludo al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, fue apenas un breve apretón de manos, lo que alimentó las tensiones internas tras los comicios. También subió al escenario el armador Sebastián Pareja, señalado como uno de los principales responsables de la estrategia electoral fallida.
En su análisis, el presidente subrayó que el revés estuvo ligado a errores políticos y a la sobreexposición de su figura. “Abusaron de la imagen de Milei para exponerlo frente al aparato de Kicillof”, se escuchó en el búnker libertario. A esto se sumaron las denuncias de corrupción que involucraron a Martín y a Eduardo “Lule” Menem, así como a Karina Milei, consideradas un factor decisivo en el desgaste. “El escándalo de las coimas no perdonó”, repetían los dirigentes cercanos.
El libertario también apuntó al rol del peronismo en la campaña. “Han puesto el aparato que tienen desde hace 40 años y lo ejecutan de manera eficiente. Ellos hicieron la mejor elección posible que podían hacer”, señaló, aunque relativizó la magnitud del triunfo opositor al asegurar que “han tocado su techo”.
Con la mirada puesta en la última gran cita electoral del año, Milei buscó transmitir un mensaje de continuidad. “Este resultado es un piso desde el cual empezaremos a trabajar de cara al 26 de octubre, que vienen las nacionales”, sostuvo.
El clima en el búnker, atravesado por la autocrítica y los gestos de distanciamiento, marcó un punto de inflexión para el oficialismo, que ahora deberá reorganizarse de cara al desafío legislativo.