El gobierno lo hizo otra vez. En un movimiento que marca la agenda política y la discusión pública, se anunció que el oficialismo irá por una Ley de Ética Pública, en concordancia con el mensaje en contra de la política tradicional que pregonan los libertarios.

Ampliar contenido
X de Javier Milei

La Ley 25.188 de Ética en el ejercicio de la función pública establece los “deberes, prohibiciones e incompatibilidades aplicables, sin excepción, a todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías”. Según la página oficial del gobierno, también regula la presentación de declaraciones juradas.

Si bien no se confirmó el contenido de la reforma que propone Milei, requerirá unión legislativa en un momento en el que las diferentes fuerzas están atravesando la campaña porteña. Además de la Ley de Ética Pública, el proyecto de Ficha Limpia parece tener los votos necesarios para aprobarse en el Senado.

Ampliar contenido
X de Cristina Perez

Fue presentado por el PRO el año pasado, pero luego de varios intentos fallidos en la Cámara Baja, el oficialismo libertario presentó su propio proyecto con algunos cambios. El mismo fue aprobado en febrero de este año en Diputados, y todo indica que la iniciativa tendrá éxito en el Senado. De ser así, impedirá que sean candidatos quienes tengan condenas por delitos contra la administración pública confirmadas en segunda instancia. Esta condena deberá ser confirmada antes del cierre de los padrones electorales, como es el caso de Cristina Kirchner, cuya condena fue confirmada en diciembre de 2024.

La importancia del timing

Las propuestas de Ficha Limpia y la Ley de Ética Pública ponen en aprietos a la oposición, ya que deberán votar a favor del oficialismo en medio de la campaña porteña. El PRO tiene a Ficha Limpia como bandera, pero el proyecto será aprobado en la administración libertaria, y antes de las elecciones en su distrito. El argumento del gobierno se mantiene: quienes estén en contra de ambos proyectos, estarán a favor de la corrupción y en contra de la ética pública, lo que los posicionará en el lugar de la “casta”. Puede resumirse con la siguiente imagen:

Ampliar contenido
X de Nik

Esto supone un desafío para la oposición, pero especialmente para el PRO, que está en una línea gris, ya que le cuesta diferenciarse del gobierno. En este caso, no tendrán más opción que acompañar las iniciativas, quedando en segundo plano frente a un oficialismo que sigue marcando la cancha. El desenlace será siempre positivo para el gobierno. Si se aprueba la ley, será otra más de las reformas que impulsaron desde su asunción. Si el proyecto fracasa, la culpa será de los políticos tradicionales que integran el Congreso, lo que le dará un impulso mayor a la población para no renovarles sus puestos en las elecciones legislativas.