Este domingo Salta va a las urnas, pero no toda la provincia vota ni todos eligen lo mismo. El calendario electoral está marcado por una lógica departamental: en algunos lugares se votan cargos como senador, diputado, concejal y convencional para la carta orgánica municipal, mientras que en otros solo se eligen concejales. Esto fragmenta la lectura de los resultados, imposibilitando una interpretación unificada a nivel provincial y dejando la puerta abierta a múltiples lecturas interesadas.

Cada espacio político intentará imponer su propia narrativa. ¿Se debe comparar esta elección con la última legislativa o con la ejecutiva? ¿Se mide la cantidad de bancas renovadas o las que se ganan? La complejidad del escenario deja márgenes amplios para justificar derrotas o magnificar triunfos.

Una campaña desinflada

La campaña se desarrolló en un clima de apatía y desinformación. No hubo debates ni grandes controversias públicas. Cada candidato jugó su estrategia en silencio, sin grandes sobresaltos. Según relevamientos previos, más del 50% del electorado tendría predisposición a apoyar candidatos oficialistas, un dato que marca tendencia pero no garantiza resultados.

El análisis de Benjamín Gebhard

Le consultamos a Benjamín Gebhard, consultor en estrategia y opinión pública, quien analizó el panorama electoral de cara al domingo:

"Estamos ante una elección difícil de leer y muy fragmentada. Hay 23 departamentos y cada uno vota cosas distintas. En Capital hay un escenario más claro, pero incluso ahí la boleta electrónica y la multiplicidad de listas hacen que el corte de boleta sea un factor decisivo. No hay un clima político fuerte: la gente está desconectada, y eso beneficia a los oficialismos locales. La falta de referentes nacionales también juega: la campaña de LLA se quedó sin figuras fuertes en la cancha y eso se siente."

El oficialismo juega en dos canchas

El saenzismo se presenta dividido en dos frentes. Por un lado, Unidos, que reúne a los espacios más conservadores y no peronistas. Por otro, Gana Salta, compuesto por sectores filo-peronistas y justicialistas que abandonaron el PJ tras la intervención. En la capital, ambos convergen en una suerte de "frente de frentes": comparten la candidatura a senador de Bernardo Biella, pero llevan listas separadas para otros cargos, lo que refleja una alianza pragmática antes que ideológica.

La Libertad Avanza, con poco músculo local

El sello de Milei en Salta fue apropiado por el olmedismo, desplazando a aliados históricos como el romerismo. Las figuras de peso del espacio se reservaron para las elecciones nacionales, y el protagonismo recayó en Emilia Orozco, diputada nacional y referente mediática, que cargó con la campaña en soledad. La fórmula fue sencilla: "votá a los candidatos de Milei en Salta". Sin embargo, no hubo respaldo explícito del presidente ni de figuras nacionales destacadas. El “Gordo Dan” y otros influencers libertarios pusieron la cara, pero su impacto es relativo.

La confusión del electorado ante dos JxC

En estas elecciones, Juntos por el Cambio aparece fragmentado. Por un lado, Cambiemos, con los dirigentes del PRO más ortodoxos. Por otro, Juntos, una coalición entre la UCR y el Frente Plural. Esta última tiene mayor reconocimiento, gracias a la figura de Miguel Nanni (candidato a diputado y ex candidato a gobernador) y Matías Posadas (hoy candidato a senador y con experiencia previa como candidato a intendente). Esta doble oferta genera confusión entre los votantes que buscan una opción opositora moderada.

El PJ intenta rearmarse

Tras la intervención del Partido Justicialista, el saenzismo dio un portazo y los sectores kirchneristas recuperaron el control. Con poco tiempo y recursos, lograron presentar listas. El objetivo no es ganar bancas sino instalar referentes y reconstruir una identidad opositora, en un escenario en el que el PJ ha perdido peso específico en la provincia.

La Izquierda, dividida y con pocas chances

Cuatro listas de izquierda se presentan en esta elección, todas divididas y sin una referencia unificada. Tal fragmentación limita sus chances de competir seriamente por bancas. Solo en el departamento Capital alguna de estas listas podría superar el piso necesario.

Tendencias y proyecciones

Según los informes previos, Bernardo Biella es favorito para la senaduría por la capital con alrededor del 40% de intención de voto. Lo sigue, de lejos, el candidato de La Libertad Avanza. En diputados, el escenario es más fragmentado y la boleta electrónica facilita el corte de voto. El nombre que más suena es Guillermo “Guillo” Kripper, quien lideraría la categoría, seguido por un candidato libertario, y más atrás, Flavia Royón, referente de la otra lista del oficialismo.