Por primera vez en la historia de la política misionera, un detenido con prisión preventiva fue electo como diputado provincial. El expolicía Ramón Amarilla cosechó casi el 20% de los votos y asumirá como diputado provincial en los próximos meses. Quedó en tercer lugar con su partido “Por la Vida y los Valores”. 

Antecedentes

Amarilla se desempeñó más de 30 años en la Policía de Misiones, participando en áreas operativas y administrativas, y actuó como interlocutor en negociaciones con el gobierno por cuestiones salariales. Entre abril y mayo de 2024, lideró movilizaciones policiales exigiendo mejoras laborales, acción que el gobierno de la provincia consideró sediciosa. Fue detenido en septiembre de 2024 y permanece en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul bajo prisión preventiva.

Campaña desde prisión

Si bien estaba impedido de votar, encabezó la campaña desde su celda con videos en redes sociales, comunicados y apoyos de referentes como Miguel Núñez, ex PRO, quien también promueve el frente Por la Vida y los Valores. El fiscal electoral Flavio Marino Morchio objetó su postulación apelando a la Ley Electoral que excluye a detenidos, pero el Tribunal Electoral provincial ratificó la candidatura tras un recurso planteado por el frente del que fue candidato.

Resultados electorales

El Frente Renovador de la Concordia encabezó las elecciones con 28,6%, seguido por La Libertad Avanza con 21,9%, y en tercer lugar quedó la lista de Amarilla con 19,12% (98,9% de las mesas escrutadas). Consiguió la sorprendente suma del 25,67% en Posadas (83% de mesas escrutadas) y ganó en Cerro Azul, localidad donde está ubicado el penal. Es la primera vez en Misiones que una persona detenida, sin siquiera condena firme, es elegida diputado provincial, escribiéndose un hito sin precedentes.

¿Puede asumir?

El Tribunal Electoral deberá decidir si Amarilla puede asumir su banca mientras continúa bajo prisión preventiva. El caso alimenta el debate sobre la capacidad de candidaturas en contextos judiciales y la situación legal de funcionarios electos desde prisión. 

Lo cierto es que la elección de Ramón Amarilla redefine los límites de la política formal y judicial en Misiones. Su caso plantea cuestiones fundamentales: ¿puede un ciudadano detenido sin condena asumir un cargo público? ¿hasta qué punto la justicia penal puede intervenir en procesos electorales? Más allá de la polémica, el evento marca una bisagra con consecuencias por verse en la normativa provincial y la práctica institucional.